martes, 16 de febrero de 2010

Nota del alma


Queridos amigos

                           Antes que todo se que es fuerte mi última entrada, pero necesitaba expresar todo el dolor que vi en un documental francés sobre mujeres y niñas violadas en alguna guerra civil. Y también solidarizarme así también con todas aquellas personas en el mundo que sufren a diario este atroz padecimiento.
                          
                           Por otro lado les comento que estoy de a poco migrando este blog a otro de más fácil acceso (pues www.loseternoscaminantes.blogspot.com es poco ágil y lleva a errar la entrada). Además todo cambio renueva. Los tendré al tanto.
                           
                            Bueno seguiremos en contacto y los invito a participar en este, nuestro blog, a través de carlosmartinzapata@gmail.com, como siempre les digo será un honor contar con sus palabras. 

                             Todas las letras para ustedes

Gracias Saray por tus palabras y ya conseguiré Grisicitudes  

La niña de la selva

Acompañando el dolor
 de las miles de mujeres y niñas
 violadas en todo conflicto,
mutiladas, olvidadas…


Lúgubre jadeo
contra tu fresco aliento
invade letal la dulce savia de niña
y lo retuerce en tormento.

Revuelo grotesco,
ya no canciones, ya no sonrisas,
hombre dolor te transpira, te hace daño,
hombre padre en lágrimas rojas, agoniza.

No recuerdas la vida selva
ni tu tranquila aldea.
Tus sábanas blancas con fuerza ciñes,
cuando la pesadilla se repite en impetuosa marea.

Cruel sofisma hirió infinito tu pronto río.
ya nunca placer alguno florecerá en tu cuerpo siempre virgen.
Solo execrable bruteza castigará tu cordura,
tu siempre cordura en tu demencial tristeza.

La tierna niña se desvive en canciones,
juega inocente bajo el húmedo verde.
La tierna niña no sabe de adultos,
desconoce maldades, el terror se relame.
La tierna niña oscurece, se nubla, la soga ajusta,
La tierna niña juega a que su dolor desaparece…

viernes, 5 de febrero de 2010

Visión Suprema


Yo sé de un río

que fluye eternamente,

desde el atardecer del mañana.


Yo sé de un río

que engendró su misma gota.

Tan fértil, tan estéril.


Yo sé de un río

que asume el fin primero

y el fin último… Irreductible…


¿Quien eres? ¿Qué eres?

Toma tu miserable yugo

que el “tiempo” no danza en este lecho.

Sólo tu mente tiene esa micro noción…


Son tus huellas

las que labran deformadas

mis proteos contornos…

Forja tu fatal porvenir

en aquella lápida ya olvidada…


La sombra se alarga en la entrada.

Tal vez rompas los grilletes… Y cuando oses salir

no temas espejarte en él, pues será la última…