lunes, 30 de mayo de 2011

Noche

La noche te deja de bruces sobre mi alma
y tu palabra se filtra lavanda fragancia.

La noche te acorrala inexorable;
no tienes salida y narcótica
te desvistes sin pudor de todas tus miserias.

No murmures ni calles noche mía, se tú;
se aquella, la del banco de la plaza;
se la otra, la del mate, la de la espera.

La noche desvaría aquelarre voraz
envolviéndonos con enjundia
tratando de resolver la inevitable trama.

Rueda sagrada la de querer comprender
sus silencios, sus oscuridades,
sus melancolías…

Noche inocente que propones
una tregua y me regalas
un beso licor que fluye en mis sentimientos.

Noche áspera que se esfuerza por no quebrarse,
que se afana por no derramar
la inexorable y triste gota.

Noche de noche sin luna
que sufre por tenerme
y teme por perderme.

Ábrete, confíame nuevamente tu hondo secreto,
refléjame argento sobre tus campos dormidos.
Dedícate a dedicarme el rito demencial
de tu tinta sobre mi olvidado verso.

La noche se duerme… Yo la quiero.    

lunes, 21 de febrero de 2011

Tiempo de Vicentico


          
            La tarde se aprisiona entera sobre la costanera. Nuestros pasos discurren inmejorables, es tiempo de Vicentico. Nos miramos, sonreímos, tu compact quedó cansado sobre el sillón.

            Todo se había generado en la radio; “Sólo un momento” sonaba persistente e inquietante en tus oídos preguntando si al final estaría ahí. Y una mañana cualquiera de puro impulso como siempre, fui corriendo hacia la disquería y te hice ese obsequio. Lo adoptamos, murmurábamos todas sus letras, nos encantaba escucharlo. Tardes de llegar y verte distendida leyendo sobre el sofá y tarareando uno de los temas del Cd mientras tus mates esperaban mi compañía.

-         Viene Vicentico – Fueron mis teclas sobre tu Chat y la ufana espera truncó la rueda.

La tarde se aprisiona entera sobre la costanera y se excusa entre los primeros signos de oscuridad que trae un rumor distinto. La escenografía nos atrapa, nos hace parte, se nos encarna infinita.
-         Quedémonos acá – Me decís.
De a poco la intensidad sube, “falta poco”. Comenzás a sentir que los espacios se contraen, el calor santafesino, su humedad se nos apoya viscosa sobre la piel; otros procuran sus sitios, somos una trama enorme y ansiosa que se sostiene aguardando expectante.
Estamos callados, el corazón de puro guapo se agolpa sobre mi pecho. Miro el cielo, vos también; no hace falta diálogo, sabemos y no nos importa que la lluvia amenaza.
Comienzan aplausos, silbidos, acompañamos la mole trama, nos miramos: “falta poco”.

Ahí está – No veo - me decís, te ponés en punta de pie, te ayudo un poco.

Los primeros acordes suenan, “es tiempo de Vicentico” un tiempo que se pierde, un tiempo que nos pierde en nosotros, en aquellos que nos precedieron. Es tiempo de Vicentico. Se desgaja la memoria y aterrizamos victoriosos en aquellos que seremos y que fuimos, nuestras manos se unen y se separan, aplaudimos, sonreímos, los años pierden validez acrecentando el fresco sabor del instante. Te miro sin que lo notes y todo fluye, la trama se disgrega, una onírica imagen que se resumen en la música y nuestras almas nos consume y alimenta encendiendo una y otra vez la esencia misma de nuestra unión, soplando como un fuelle salvaje e implacable cada célula de toda nuestra historia. Las letras nos dejan en una y otra esquina del camino.
No queremos que te bajes, seguí tocando. Llovizna y por esas cosas tu último tema inunda el ambiente. Llovizna, como llovizna tu “está lloviendo pero yo no me voy a mojar mis amigos me cubren cuando voy a llorar…y las imágenes se suceden sobre aquellos que no están y me apoyo sobre tus hombros.

La noche se despereza enorme entera sobre la costanera. Nuestros pasos discurren inmejorables, es tiempo de Vicentico. Nos miramos, sonreímos, tu compact quedó cansado sobre el sillón.

31 de Diciembre - 1º de Enero

                     Queridos amigos: mis escritos suben, bajan, viven, mueren. Hoy regresan.
                     En algún fin de año y un poco homenajeando a ese enorme que fue nuestro Jorge Luis Borges escribí:


31 de Diciembre

Alejado del montaje que supone el festejo de un supuesto cambio,
me atrevo y decido que son en tus abstractos contornos donde reside “la imagen”.
En ellos se funden la “cifra de Borges”, “Heráclito y su río”,
“Parménides y Aristóteles”... “La vetusta rosa de Coleridge”...

¿Puede tu complejo ser  refutarse con tu pasado y tu presente?
¿O quizás tus antiguos y contiguos se funden en ti profusamente, pero delatando algo?
Segundo eterno del “Gran cambio”, igual a todos pero distinto a todos.
Segundo efímero en el cual se desata el ritual humano que venera lo desconocido.

A ti tiempo que eres cuando dejas de serlo, y sin temor alguno te espejas sobre otro,
te admiro enfervorizado, y al escuchar estallar el primer artificio sonrío satisfecho;
pues una vez más otro yo te vio nacer... 


                        Una de las cosas que hacen enorme este noble ejercicio, es el hecho de volver a insistir en algún tema pero en ocasiones desde otro punto de vista o bajo otra mirada. Es así que les dejo otra mirada del mismo instante, del mismo instante.

1º de Enero

              El alba los sorprendió como siempre, tomados de las manos.
              Con su amor y sus vaivenes a cuesta.
              Con el amargo sabor de tres platos vacíos y una cajita de vino sobre la mesa.
              Pero y por más que no fuese así, aunque simplemente fuese un anhelo
de sus almas todavía dormidas, sonrieron y abrazaron a su hijo.

                                                          Hoy es año nuevo.


                  Todas las letras para ustedes...