Yo sé de un río
que fluye eternamente,
desde el atardecer del mañana.
Yo sé de un río
que engendró su misma gota.
Tan fértil, tan estéril.
Yo sé de un río
que asume el fin primero
y el fin último… Irreductible…
¿Quien eres? ¿Qué eres?
Toma tu miserable yugo
que el “tiempo” no danza en este lecho.
Sólo tu mente tiene esa micro noción…
Son tus huellas
las que labran deformadas
mis proteos contornos…
Forja tu fatal porvenir
en aquella lápida ya olvidada…
La sombra se alarga en la entrada.
Tal vez rompas los grilletes… Y cuando oses salir
no temas espejarte en él, pues será la última…
No hay comentarios:
Publicar un comentario